Hoy es un día que hay que escribir si o si. El puente de los Santos, que une al principado de Asturias con la comunidad de Galicia, ha quedado abierto al trafico con su nueva ampliación que ha pasado de tener dos carriles en dirección opuesta, a cuatro dos en cada dirección.
A veces no nos damos cuenta de las cosas o mas bien no me doy cuenta de las cosas, recuerdo así a grosso modo, que antes de que se construyera el puente había que badear el rió eo por Vegadeo y con casi veinte km a mayores hasta llegar a la primera villa del oriente de la comunidad de Galicia. Con la construcción del puente, de unos seiscientos metros de longitud era como que había bastante obra para una generación, pero las cosas del progreso y de la rápida evolución hicieron que en apenas una docena de años se replanteara la necesidad de quitar un cuello de botella y dotar al puente de doble servicio. No es cuestión de entrar en detalles técnicos para eso usen un buscador y les dará desde las toneladas de hormigón armado hasta los kg de hierro que se han enterrado en la ampliación. Pero si les voy a comentar desde el punto de vista de un usuario diario a la mañana y a la tarde, desde los inicios de las obras por que el hecho de pasar todos los días es como que uno se va embutiendo como en hierro en la estructura del puente y día a día, pasito a pasito, luna tras luna, la bella obra tomaba forma y majestuosamente sobre la ría del Eo, mostraba su poderío y lo que es mas practico unía los dos tramos de autovia que pedían a gritos un enlace acorde a su posición. Durante la construcción en su origen solo se podían apreciar desde Vegadeo a la vecina Ribadeo los repuntes de las columnas sobre la ría, las distintas arcadas que se iban montando pero era distinto era todo como en la lejanía, y de repente, Zasssssss, de un día para otro cruzamos por el, estaba parida y crecidita la obra.
En esta ocasión era como estar viviendo de cerca el crecimiento de una obra de arte, era como cada atasco, cada parada, cada vez que en ocasiones cortaban el trafico, siempre la justificación de que seria algo grande y casi todo valia.
Es como hacer un homenaje a todas y cada una de las personas que colaboraron a que el progreso y la evolución se llevase a cavo. También en el interior de cada persona que caminaba, en bicicleta, en una moto, auto o camión de gran tonelaje, como que cada persona tenia su propia historia cuando pasaba por el puente de los santos. También es cierto que aquellos que lo cruzábamos día a día, el puente era testigo de los entresijos de los “……….cualquiera”, de la parsimonia de otros, y de la indiferencia de unos cuantos, en definitiva de la única y personal historia de cada humano que era testigo de la creación de una gran obra. No es lo mismo que al paso de cuando esta todo terminado, como que es la primera vez que pasamos y lo vemos como algo normal, como que ni siquiera nos damos cuenta, pero nosotros, los que día tras día le hemos visto crecer, los que nos emocionamos el día que se coloco el ramo encima de la estructura de hierro para celebrar que se había llegado de un extremo a otro con la ampliación. Era como que aun quedaban nostálgicos y con referencias anteriores, era como cuando se terminaba de colocar la teja o pizarra de una construcción que se hacia un homenaje y se colocaba una rama de un árbol en la chimenea. Era como comunicar a todos los vecinos y caminantes que el tejado estaba listo. El puente de los santos en definitiva es una muestra mas del progreso, de la tecnología, de la forma de que un grupo de ingenieros, y posteriormente todos y cada uno de los trabajadores que han contribuido a su construccion, han dado forma a un puente que en sus orígenes no estaba concebido para mas que doce metros de anchura y que gracias al desarrollo técnico se consiguió por primera vez hacer catarsis entre la estructura de hormigón y una sólida armadura de hierro.
Valla por todos los que hemos visto nacer esta obra, por los que ya no están y sobre todo por los que la podemos disfrutar todos los días. Dejemos que la emoción nos invada aun cada vez que lo cruzamos y que podamos contemplar de un lado a la Ría del Eo y por otro a los caprichos del mar Cantábrico a través de esta bella estructura.
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